La creación de contenidos audiovisuales es un terreno en el que nos movemos como pez en el agua, gracias a nuestro dilatado bagaje a través de las distintas cadenas de 101 televisión. Nuestro objetivo como medio de comunicación es crear contenidos únicos que hablen de nuestra identidad y consigan emocionar a la audiencia. Historias reales con el talento, el arte y la cultura sean el motor de nuestra comunidad. Tanto en televisión como en cine como en los canales digitales. No importa el medio, sino aquello que deseamos contar.
La experiencia de nuestros profesionales, así como las enormes posibilidades que nos otorga la tecnología en el ámbito audiovisual -que no cesa de transformarse y transformarnos-, nos permiten dar a luz una producción constante de alto nivel. De esta forma, nos convertimos en un acompañante familiar para la ciudadanía, de quien siempre se espera mucho. Una misión, por tanto, que supone una responsabilidad gigantesca, tan potente como la motivación que nos lleva a cumplirla. Nuestra exigencia equivale a nuestra ilusión.
Gracias a la tecnología acercamos la cultura y las tradiciones a millones de hogares, poniendo el foco en las personas y sus historias. Hablando de lo que otros no hablan. Transmitiendo nuestras raíces.
El Cine sigue siendo la máxima expresión de la cultura audiovisual y el lugar donde se refugian multitud de creadores. Por ello, nuestra productora 5º planta sigue apostando por la creación de contenidos con identidad propia.
Nunca en la Historia se habían consumido tantos contenidos audiovisuales como se hace en la actualidad. El apetito de la audiencia por saber, conocer y descubrir es voraz y, sin embargo, es sumamente complejo de satisfacer. Por un lado, porque ya no se emite en un único formato y de manera unidireccional: el público demanda poder acceder a lo que ocurre en el mundo desde cualquier lugar, a través de diferentes dispositivos y en cualquier momento que le apetezca. Además, no se conforma con ser un actor pasivo en este flujo, sino que requiere tener un papel importante a la hora de participar, dar su visión sobre lo que ocurre y compartirla con los demás.
Y, por otra parte, la dificultad de “alimentar” a la audiencia (o en plural, audiencias) radica en la diversidad de los propios contenidos que espera la ciudadanía. Cada espectador, aunque suene exagerado, es un mundo, de ahí que las necesidades, intereses y gustos se multipliquen continuamente. Ése es el reto al que nos enfrentamos de manera cotidiana, y lo hacemos completamente preparados y entusiasmados.